La literatura y la historia


" Era una ciudad de ladrillo rojo, es decir, de ladrillo que hubiera sido rojo si el humo y la ceniza se lo hubieran consentido [...] Era una ciudad de máquinas y de altas chimeneas, por las que salían interminables serpientes de humo.[...] 
Tenía también  grandes bloques de edificios llenos de ventanas, en cuyo interior resonaba todo el día un continuo traqueteo y temblor, y en el que el émbolo de la máquina de vapor subía y bajaba con monotonía [...] Contenía varias calles anchas, todas muy parecidas, además de muchas calles estrechas que se parecían entre sí más que las anchas; estaban habitadas por personas que entraban y salían de sus casas a idénticas horas, y para que las que cada día era idéntico [...]"
Charles Dickens. Tiempos difíciles,1854

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